El viernes pasado estuvimos en el ‘julebord’ del trabajo. Aquí en Noruega se cree que es algo especial que solo hay aquí, pero en realidad solo es una cena de navidad. De hecho no voy a decir solo, porque es LA fiesta del año para los empleados, y especialmente para los que no salen mucho. Pero cuando ven una oportunidad de alcohol gratis los nuruegos salen de sus casas para emboracharse y decir la verdad al jefe y liarse con los compañeros del trabajo… la receta de un desastre.
Lo dicho, la cena este viernes fue bastante divertida. Había casi 500 personas en un hotel en el centro, vino un cómico para contar chistes sobre la empresa ‘rival’, y había una banda para tocar y cantar canciones antiguas. Descubrí que conozco más gente de lo que creía en mi trabajo, y fue una posibilidad de bailar con Alejandro (que además se había afeitado), resumen: una fiesta divertida!
Pero supongo que estáis esperando a lo mas importante de una cena: ¿qué comimos? Pues, nos pusieron para empezar un tartar de salmón, luego para el segundo plato carne de pato con patatas (!), y de postre una tarta de chocolate deliciosa. Alejandro se comportó modestamente y solo comió 2 trozos de tarta.
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